"REÍR LLORANDO"

Los que tenemos algunos días en el planeta tierra, recordaremos con más claridad que otros más jóvenes, un folleto color naranja de nombre: "Almanaque de Bristol", que cada diciembre, sale a la venta en muchos países de Latinoamérica desde hace casi 200 años. Este contiene, predicciones del tiempo y de las mareas para cada mes, datos astronómicos, el santoral católico, los horóscopos, los chistes y los anuncios publicitarios de artículos de perfumería y varias curiosidades más.

El almanaque de Bristol fue inventado por el farmacéutico Cyrenius Chapin Bristol en 1832, el cual lo utilizaba con el fin de promocionar los medicamentos de su laboratorio.

Dentro de estos contenidos recuerdos uno en particular, que he leído desde hace casi 60 años. Es un poema de Juan de Dios Peza, poeta, político y escritor mexicano. Miembro numerario de la Academia Mexicana de la Lengua, titulado "Reír Llorando".

El poema dice:

"...Viendo a Garrick, actor de la Inglaterra, el pueblo al aplaudirlo le decía: “Eres el más gracioso de la tierra, y el más feliz…” y el cómico reía. Víctimas del spleen,los altos lores en sus noches más negras y pesadas, iban a ver al rey de los actores, y cambiaban su spleen en carcajadas. Una vez, ante un médico famoso, llegóse un hombre de mirar sombrío: sufro -le dijo-, un mal tan espantoso como esta palidez del rostro mío.

Nada me causa encanto ni atractivo; no me importan mi nombre ni mi suerte; en un eterno spleen muriendo vivo, y es mi única pasión, la de la muerte. Viajad y os distraeréis. ¡Tanto he viajado! Las lecturas buscad. ¡Tanto he leído! Que os ame una mujer. ¡Si soy amado! Un título adquirid. ¡Noble he nacido! ¿Pobre seréis quizá? Tengo riquezas. ¿De lisonjas gustáis? ¡Tantas escucho! ¿Qué tenéis de familia? Mis tristezas. ¿Vais a los cementerios? Mucho… mucho. De vuestra vida actual, ¿tenéis testigos? Sí, más no dejo que me impongan yugos: yo les llamo a los muertos mis amigos; y les llamo a los vivos, mis verdugos. Me deja, agrega el médico, perplejo vuestro mal, y no debe acobardaros; tomad hoy por receta este consejo “Solo viendo a Garrick podréis curaros”. ¿A Garrik? Sí, a Garrick… La más remisa y austera sociedad le busca ansiosa; todo aquel que lo ve muere de risa; ¡Tiene una gracia artística asombrosa! ¿Y a mí me hará reír? ¡Ah! sí, os lo juro; Él sí; nada más él; más… ¿Qué os inquieta? Así, dijo el enfermo, no me curo: ¡Yo soy Garrick!… Cambiadme la receta... ¡Cuántos hay que, cansados de la vida, enfermos de pesar, muertos de tedio, hacen reír como el actor suicida, sin encontrar para su mal remedio! ¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora! ¡Nadie en lo alegre de la risa fíe! porque en los seres que el dolor devora el alma llora cuando el rostro ríe! Si se muere la fe, si huye la calma, si solo abrojos nuestra planta pisa, lanza a la faz la tempestad del alma un relámpago triste: la sonrisa. El carnaval del mundo engaña tanto, que las vidas son breves mascaradas; aquí aprendemos a reír con llanto, y también a llorar con carcajadas..." Esta es una historia hecha poesía, que habla sobre el "spleen", palabra que, en francés, representa el estado de melancolía sin causa definida o de angustia vital de una persona, el poema nos permite reflexionar sobre lo que conocemos de las personas; vemos caras y no corazones, solo vamos a saber lo que nos muestren, es imposible entrar en la mente de los otros y muchas veces hacen que nos sorprendamos con sus actitudes y reacciones, o cuando conocemos sus dificultades o dramas personales ocultos. Y pensemos también cuantas veces nosotros, frente a determinados acontecimientos de nuestra vida, nos ponemos la máscara como el payaso y fingimos una alegría o un bienestar que no sentimos. En definitiva, eso es la vida reír y llorar, ... Aunque a veces no se demuestre lo que interiormente se siente. Concluyo, esta reflexión de domingo, con dos puntos, el primero, no juzguemos a los demás, si ponernos en los zapatos del otro, peor, si no conocemos los hechos. Dice el dicho: "El que no me conoce de cerca, que no me juzgue de lejos".